viernes, 21 de noviembre de 2014


Te despiertas un día convencida de quien eres, de que no hay nada mejor que ser una misma y que siendo así te sientes bien, sin engaños de ningún tipo, sin ocultar absolutamente nada, sin ningún remordimiento de conciencia¿Por qué he de tenerlo? No he hecho nada malo, es más, me siento orgullosa de mi, de la mujer en la que me estoy convirtiendo, segura de todo lo que hago,aunque no siempre sea lo correcto, pero es que muchas veces lo correcto no es compatible con los sentimientos. Siempre dicen que la razón puede al corazón, se podría decir que soy un claro ejemplo de que eso no siempre es así. Pero es que el mundo sería triste, tu vida sería demasiado triste, si siempre se hiciese lo que para la razón es lo "correcto". 
La gente se empeña en hacer siempre lo que está "bien" pero ¿de qué sirve?¿de qué sirve hacer siempre lo correcto si eso no te hace feliz? Es una constante lucha entre los sentimientos y la razón. 
Dicen que no todo  es ganar o perder, que te tropiezas con miles de personas a lo largo de la vida y que son muy pocas las que consiguen entrar en la tuya. Hasta que llega alguien,un día, sin mas, pasa... una persona que en un primer momento no quieres que se quede en tu vida, simplemente uno mas de los miles que se tropiezan contigo, se queda y poco a poco empieza a convertirse en algo más importante, se convierte en una persona que te anima cuando estás triste, que te saca una sonrisa día sí día también, se preocupa de todo lo que te pasa y que te escucha y aunque no te comprenda simplemente te mira e intenta entenderte, muchas veces uno no necesita que lo entiendan sino que te escuchen...eso es lo que necesitas. Te vas dando cuenta de que nadie en tu vida te hizo sentir tan especial, tan importante, tan perfectamente imperfecta, que a pesar de tus errores sigue ahí ayudándote a ser mejor y lo mas importante...CONFIANDO EN TI. 
Dicen que la confianza es la base de una relación, y a su vez es lo que mas cuesta ganarse de una persona. Miles de personas te han fallado de una manera u otra a lo largo de tu vida, puede que por eso somos tan exigentes con la confianza. Cuando una persona se la gana en realidad tiene mucho mas que la confianza de alguien, la tiene casi por completo, tiene ese poder de destruir y de hacer daño de la peor manera que podría. 
Es ahí, cuando la confianza se pierde, cuando empieza esa lucha de "sentimientos vs razón" en la que depende de ambas personas cual de las dos saldrá victoriosa. Muchas veces me paro a pensarlo y ¿merece la pena no esforzarse en volver a conseguir esa confianza? ¿de verdad? esa persona te ha dado lo mejor de ella y ¿vas a dejar que todo se vaya a la mierda? Creo que se merece mucho más, que se merece que luchen por ella como te hubiera gustado que luchasen por ti si hubiera ocurrido al revés. 
Muchas veces quieres dejar a alguien ir a una persona a la que quieres porque crees que sin ti estará mejor, que se merece algo mejor, que no te necesita en su vida. Eso es algo que debe decidir cada uno, al igual que esa idea de no decepcionar a la otra persona. A veces te alejas simplemente para saber hasta donde es capaz de llegar alguien por ti, y ahí es cuando te das cuenta de si todo ha servido para algo o no ha servido para nada. No me gusta decirlo así porque soy una persona que el "no ha servido para nada" no tiene sentido para mi, siempre vale para algo, las cosas buenas están para vivirlas y las malas para aprender de los errores y evitar cometerlos, y si no eres capaz de evitar volver a cometerlos tranquilo, la vida es suficientemente lista y tan buena profesora que te pondrá la misma lección las veces que sean necesarias para que la aprendas como es debido y así vayas creciendo. Pero solo uno mismo puede decidir el tipo de persona que quiere llegar a ser.



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